El tenis y los JJ.OO., de la mano hacia las estrellas
Se cumplen 100 años de la vuelta a los Juegos del tenis. Cierto. 1924 no es 2024 y si entonces el torneo se jugó en las afueras de París, en Colombes, hoy Roland Garros es la anfitriona. Entonces, la arena del club de tenis de París no existía, hubo que construir sus pistas en 1928 de manera acelerada, cuando Francia quiso defender su victoria en la Copa Davis.
Pasados cien años, la arena sobre la que se jugarán las medallas de oro, plata y bronce es la misma. Y Francia espera que le vaya mejor ahora que entonces. En 1924 arrasó Estados Unidos en el torneo y la participación del tenis en la cita olímpica se interrumpió hasta 1988.
Fue el francés Philippe Chatrier, presidente de la ITF, quien debe apuntarse el oro en los méritos para devolver el tenis al elenco de deportes de los Juegos Olímpicos, “y fue una de las grandes alegrías de mi vida”, confesó el dirigente en una entrevista en el año 2000. Parece lógico, por cierto, que el oro olímpico se vaya a jugar en la pista central de Roland Garros, que lleva el nombre del histórico dirigente francés: “Ese lugar fue mi vida y mi amor”, confesaba Chatrier, cuando hablamos en su oficina en 1993.
El tenis fue uno de los amores de Chatrier, que quería llevar la práctica deportiva a todos los rincones del planeta. Los Juegos Olímpicos llamaban a la participación y la competición no solo en los países del antiguo bloque soviético, sino también en los países en desarrollo en África, Asia y América.
Pasado el tiempo, el tenis ha crecido en su asociación con el movimiento olímpico. En 1988, había 108 naciones afiliadas a la Federación Internacional de Tenis. Ahora hay 213 asociadas, de las cuales 157 participan en la Copa Davis y 138 en la Billie Jean King Cup. Y el tenis ya reúne a más de 100 millones de practicantes en todo el mundo, según afirmó David Haggerty, presidente de la ITF, en el sorteo olímpico del jueves en París.
Los Juegos Olímpicos no tienen el mismo significado para todos los deportistas, es cierto. Elina Svitolina, tenista ucraniana y medallista olímpica, confesó que “no todos mis compatriotas saben que es un Grand Slam, pero todos saben qué significa una medalla en unos Juegos Olímpicos”. Pero el calendario de competición en el circuito tenístico es apretado. La cita olímpica suele enmarcarse entre Wimbledon y el US Open, pero, por alguna razón, los Juegos siempre están entre los sueños de los deportistas, más allá de los triunfos y la lucha por los metales.
Hace bien poco, en una entrevista con L’Equipe, Rafa Nadal afirmó que “es el evento deportivo más grande del mundo. En los Juegos se vive el verdadero deporte, el esfuerzo que nace de la pasión personal, los Juegos devuelven a los deportistas a su espíritu original, a sus principios básicos”.
Hay grandes historias de las leyendas del tenis que se apuntaron puntos en la cita olímpica. Steffi Graf en 1988, Andre Agassi sorprendiéndose a sí mismo al ganar en 1996; Rafael Nadal y su ascenso al número 1 con el oro en 2008, Serena Williams jugando el tenis más dominante de su carrera para ganar su primer oro individual y el tercero en dobles con su hermana Venus en 2012 sobre la hierba del All England Club; Andy Murray reclamando su segunda medalla de oro individual consecutiva en 2016.
Los grandes campeones vuelven una y otra vez, y se citan con los Juegos Olímpicos y eligen la competición para decir adiós a grandes carreras deportivas. Son los casos de Andy Murray y Angelique Kerber, que se retirarán después de los Juegos Olímpicos de París, eso sí, después de escribir su historia personal y deportiva con sendas medallas olímpicas en la disciplina de tenis.